En esos días me doy cuenta de que incluso como más rápido de lo habitual, como si unos minutos de más dedicados a la comida fueran a marcar alguna diferencia. Por suerte, todo el esfuerzo ha tenido su recompensa y ahora quedan por delante tres semanas "libres". Libres para vivir con un poco más de calma y salir más ahí fuera a respirar el aire del frío invierno. Volver a coger el pincel, dar nuevas puntadas y devorar lecturas pendientes. Celebrar comidas familiares, rebuscar en el costurero de la abuela y encontrar pequeños tesoros. Detenerse a observar cada uno de esos botones preciosos, guardados hace años en cajas ya envejecidas por el tiempo. Sacar la cámara y fotografiar cada detalle sin prisas. Coger fuerzas para todo lo que está por venir y acabar de dar forma a esa nueva etapa que está a punto de empezar.
20 ene 2015
En esos días me doy cuenta de que incluso como más rápido de lo habitual, como si unos minutos de más dedicados a la comida fueran a marcar alguna diferencia. Por suerte, todo el esfuerzo ha tenido su recompensa y ahora quedan por delante tres semanas "libres". Libres para vivir con un poco más de calma y salir más ahí fuera a respirar el aire del frío invierno. Volver a coger el pincel, dar nuevas puntadas y devorar lecturas pendientes. Celebrar comidas familiares, rebuscar en el costurero de la abuela y encontrar pequeños tesoros. Detenerse a observar cada uno de esos botones preciosos, guardados hace años en cajas ya envejecidas por el tiempo. Sacar la cámara y fotografiar cada detalle sin prisas. Coger fuerzas para todo lo que está por venir y acabar de dar forma a esa nueva etapa que está a punto de empezar.
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